jueves, 14 de noviembre de 2013

Preparados, listos...ya!

Últimamente me rondaban miedos. Yo no quiero el plan B, me decía. Yo quiero el plan A. No quiero conformarme con vivir como se pueda, como si estuviera esperando que la vida pase y se acabe. Como si todo fuera un juego en el que la finalidad es sobrevivir y no vivir.

Aún con estos miedos sabía que el único modo de conseguir el plan A es el esfuerzo, y una vez más mi esfuerzo no parece suficiente. Pero ya se sabe que la vida cambia de un momento a otro, sin preámbulos. 

Mis miedos se disiparon con esta frase: Por cuántos meses vendrías?
Ja! Qué absurda es la mente humana! Es capaz de cambiar totalmente de opinión y sentimiento con frases ridículas.

Ahora me siento imparable. Una nueva aventura y un nuevo reto, mucho más profesional que el anterior, se me ponen en el camino. Y cómo acabará todo esto? O mejor aún, acabará en algún momento?

Es como si se hubiera iniciado el movimiento de una roca cayendo ladera abajo...No hay quien me pare, me digo, pero no con aires de superioridad o como si fuera capaz de todo, sino en el sentido literal. Mi juego ha empezado y es exactamente el que quería. Mi viaje contínuo por el mundo parece que se hace realidad. Y con qué enlazaré después? 

Demasiado abrumador para ser realmente consciente todavía. Ahora debo asimilar muchas cosas, entre ellas la idea de que todo lo pasado se queda ahí, en el pasado. Y sólo hay opciones de mirar al futuro. Un futuro muy presente. 



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