A sólo 48 días de empezar mi aventura no se me ocurre cómo expresar todo lo que me pasa por la cabeza... Esta es una de esas experiencias que te cambian como persona, que te ayuda a entender muchas cosas, y de la que no volveré como me fui. Quizás por eso no se me ocurre qué decir. No creo llegar a ser consciente, por mucho que lo intente, de todo lo que me aportará esta experiencia.
Es una de esas veces que tu mente va tan deprisa que no eres capaz de expresar todo lo que pasa en ella. Ocurre todo tan rápido que parece que los pensamientos se superponen unos sobre los otros, y no puedes seguir su ritmo.
Es abrumadora la idea de saber que dentro de medio año no seré la misma persona que soy ahora, y bastante inquietante no saber de qué forma me habrá cambiado, ni en quien me convertiré. Es curioso como me reconforta saber que todo cambiará y a la vez me aterra.
Por el momento, se repiten más a menudo los días buenos que los malos. Así que la cosa no para. Acaba de empezar, y puedo decir que me embriaga la curiosidad, la ilusión y el optimismo, parece una buena combinación para despegar.
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